sábado

Le gusta patear las piedritas. Con fuerza y contener la respiración. El sonido de la suela gastada del zapato contra el suelo le recuerda al encendido de un fósforo, y entonces el despegue, curvo, parabólico, silencioso, luego el choque y el ruido y el choque y el eco y el choque, rueda y silencio otra vez. Le gusta patear las piedritas y arrastrar los pies y de vez en cuando hacerlos bailar e imaginar que tienen vida propia.