Le gusta patear las piedritas. Con fuerza y contener la respiración. El sonido de la suela gastada del zapato contra el suelo le recuerda al encendido de un fósforo, y entonces el despegue, curvo, parabólico, silencioso, luego el choque y el ruido y el choque y el eco y el choque, rueda y silencio otra vez. Le gusta patear las piedritas y arrastrar los pies y de vez en cuando hacerlos bailar e imaginar que tienen vida propia.
1 comentario:
hermosa. lo leo y lo escucho
tus ruiditos mantecosos
la vida oculta de los objetos
te amo amiguitaaaaaaa
metele pilas que quiero ver crecer este blog!
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