martes

El cielo está sucio como la borra del café,
pero nada se de leer destinos, y nada se del cielo.
No me interesa saber por qué es azul,
o qué deparan las nubes,
sólo los miro, como quien observa un objeto brillante.
A veces no me da la gana pensar.
Envuelta entre sabanas se vuelve oruga y renace entre sueños, convertida en susurro. Silueta húmeda de un plata empañado, me tararea siempre la misma canción, siempre la misma; din don campanon, quattro vecchie sul balcon. Cantame vieja, que yo no te soñé. Cantame otra vez, que ya no me da miedo la lluvia.

no me alcanza

Zombies - Tell Her No