lunes

No se de que se trata, pero me opongo.


















cuando me hierve la sangre
no hay jugo de limón que amanse el picadillo
que no querés probar
¿por qué no querés probar?

y la escucho cantar a la luna
azulada en eclipse
y me calmo, casi ronroneo
y no entiendo, pero casi que si

portazos de manija en mano
y amargura de mate
en silencio solitario
de dos que no comparten

consejos lejanos
que toman siestas en formol
me hacen verme como soy,
igual a tantos otros
que se equivocan
por la cobardía misma

y hoy que me aplico
a verme diferente,
te encuentro igual
igual de miedoso
igual de triste
con la tozudez del tiempo a cuestas

y pensar que es una casualidad
que hoy resuelta a cambiar
me muestres esta cara,
que no quiero para mí,
es tonto, muy tonto,
y no es nada casual

y me siento resuelta,
victoriosa.

un poco ingenua,
soñadora.

y temo que el tiempo desfigure la cara
que me diseñé.

porque te veo transformado
porque ya no soñas como antes,
porque volar sabías
y yo queria planear tal y como
vos lo hacías

al tiempo que te quiere cobarde
le abriste la puerta,
le diste de tu comida,
y nunca se fue.
al mal maestro
al que te enseñó
a decir que no.

hoy me deslumbró
un consejo desconocido
que sin causa me juzgaba,
y que solo por tedio lo acompañe a pasear.

de aburrida, le dije que si,
porque no había nada mejor, le dije que si,
porque acostumbrada a decir que no
me pareció un buen cambio de rutina.

lo tomé prestado
y me lo apropié,
y feliz, muy feliz,
al menos por hoy,
no miro atrás,
porque estoy aprendiendo a decir que sí,
y se siente tanto mejor.


puro amor

nociones generales sobre ideas puntuales

siempre me dio tristeza,

pena

lástima

la gente que carga la desilusión.
la creía una mochila gris llena de fango,
una miseria mohosa que algunas personas
ya embebidas en su condición
cargan inclusive con cierto orgullo,
sólo por cargar con algo.

hoy me veo esperando el aluvión
con el desencanto
de quien se engañó y se echó a volar
creyéndose pájaro,
buscando pista para despegar
corriendo en busca de velocidad
agitando el pulso y la respiración,
sin lograr elevarse.

hoy no vuelo
no busco volar,
pero no esperar las alas
no me pesa,
porque me libera saber que es la
sorpresa
la que me va a levantar por los aires.

viernes

Elizabeth

Still dark.
The unknown bird sits on his usual branch.
The little dog next door barks in his sleep
inquiringly, just once.
Perhaps in his sleep, too, the bird inquires
once or twice, quavering.
Questions---if that is what they are---
answered directly, simply,
by day itself.

Enormous morning, ponderous, meticulous;
gray light streaking each bare branch,
each single twig, along one side,
making another tree, of glassy veins...
The bird still sits there. Now he seems to yawn.

The little black dog runs in his yard.
His owner's voice arises, stern,
"You ought to be ashamed!"
What has he done?
He bounces cheerfully up and down;
he rushes in circles in the fallen leaves.

Obviously, he has no sense of shame.
He and the bird know everything is answered,
all taken care of,
no need to ask again.
--Yesterday brought to today so lightly!
(A yesterday I find almost impossible to lift.)